uno:.
Las contracciones.
Empecemos por ahí, por el mágico momento en el que siententes la primera contracción de parto. Probablemente a mitad de la noche, quizá ¿tres de la mañana? y te dices a ti misma, “pues es verdad que no es para tanto…” recordando a todas aquellas “amigas” que te aseguraron: “Duele como una regla fuerte”. Y dices: “Oye, pues parece que puedo soportarlo” y aguantas estoicamente, o lo que tu consideras estoicamente, hasta las 5 de la mañana hora en la que despiertas a tu Santo y le dices: “Creo que tengo contracciones cada 10 minutos”. Entonces te levantas despreocupadamente, te duchas y os vais al hospital como si nada, emulando esas bonitas historias que has oído de amigas que se duchan, se van al hospital, empujan cuatro veces mientras su hombre las sujeta por detrás a lo Khal Drogo y paren nada más abrirse de piernas, emitiendo un gemido felino, pero sólo uno, mientras la matrona coloca al cachorro en el pecho y lloran los tres, a veces los cuatro incluyendo al ginecólogo. Y claro, tras ese despliegue de fantasía, al llegar allí os encontrais con la primera realidad del parto, y es que os mandan de vuelta a casa, con un “no estás de parto” como una casa y desolados os volvéis con esa maletita que tantas veces habías revisado, y la vuelves a poner en su sitio, porque de las verdaderas contracciones, esas que duelen “un poco más” que una regla, te enteras mari, te lo digo yo. Pero no desesperemos, esto no acaba más que de empezar. Las contracciones volvieron y con ellas volvió la realidad, a las 7 pm. Mi Santo, el papífero, puso una canción de George Harrison, Let it be me* y a continuación de la primera estrofa, esa que dice: I bless the day I found you, una cascada de lágrimas con la consiguiente descarga de oxitocina, desencadenaron una primera contracción, que hizo que las de la mañana parecieran una masaje balinés. Mi Santo me besó y apreté su mano hasta clavarle las uñas. Los lagrimones rodaban por nuestras mejillas. Ahora sí, pensé, me acabo de subir a la montaña rusa y se ha puesto en marcha, algo me dice que ya no me puedo bajar. Hoy voy a conocer a mi hija.
*Léase con la consiguiente banda sonora:
Hola!
me siento totalmente identificada, jeje. Yo estuve 12 horas de parto + 24 horas antes de “no parto”, lo único rápido fue cuando tuve que empujar que fueron 4 o 5 empujones, pero todavía recuerdo los tres turnos de médicos que me visitaron y la noche tan tan larga que pasé.
Saludos.
Gracias! Si lo mío fueron 30 horas de parto, lo contaré en el próximo post que mi hija me deje escribir, un saludo
Real como la vida misma. Mis pódromos del primer parto duraron dos semanas. Dos semanas de falso parto ETERNAS. Me ha gustado mucho tu post. A partir de hoy te tengo fichada 🙂
Yo también te he leído y me ha encantado tu blog, gracias madretigre, soy nueva en esto ya me contaras. Me ha gustado mucho tu post de la lactancia. Yo también lo hago a demanda y el otro día amamante toda una mañana en una comisaría ante los atónitos policías que me miraban con esa mirada de suegra, esa que dice
: te usa de chupete, ya sabes
Hala, te he dejado un comentario en una entrada anterior, deseándote que te fuera bien el embarazo y ahora leyendo ésta, ya has tenido a tu hija. Pues muchas felicidades y disfruta. Besos
Igualmente. Mantenme informada por favor tu historia es muy conmovedora. Eres una luchadora. Todo va a salir fenomenal. Beso grande