Desde hace unos días soy absurdamente feliz. A muchos meses de la última pesadilla ultra febril, es como si mi estado de ánimo empezara a aceptar que aquello ya fue, que podemos cerrar el maldito libro. (Sí aún estoy ahí y es que la enfermedad de un hijo es un jarrazo de hielo en el alma, que tarda en cicatrizar). En su lugar una absurda felicidad se a instalado en mi cuerpo como si no fuera mía, como si la felicidad de otra persona menos preocupada, con menos ojeras y si me lo permiten, hasta menos perfeccionista (por no decir primeriza), hubiera tomado el control o mejor dicho, el alegre descontrol. De pronto miro la vida y el aire circula entre mis ideas. (¡Aleluya!). Ya no tengo ganas de arrancarle a mi santo la cabeza por destapar a la niña, ya no quiero romper los cristales del despacho a gritos si el cliente hace un cambio, ya no estoy tan enfadada con el mundo para destrozar con mi mirada “hice hice baby” al niño que saltó por encima de mi cándida J mientras jugaba en el parque. Ahora vivo en una calma chicha, probablemente inventada, completamente absurda. Un adosado con vistas a la felicidad (eso sí, a kilómetros de la perfección). He entendido que de todo se sale, que la nena está bien, que me encanta mi trabajo y puede hacerse a media jornada, que lo normal es vivir al borde del divorcio (aunque paradójicamente le quieras más que nunca), que los niños del parque están ahí para sacarte de quicio, que es normal que algunas tardes no alcances a atender el mail, la niña y el pastel del horno, y que probablemente y por mucho que te crispes, tu hija nunca cumplirá los estándares de percentil del demonio, que by the way están hechos para crispar a los padres, del mismo modo que montar un mueble de Ikea. (Suspiro). No me voy a sabotear esta calma chicha que llevo puesta al menos esta semana, aunque la operación bikini cuello vuelto esté a la vuelta de la esquina, no tenga las vacaciones organizadas y el tema de la casa esté arqueológicamente aparcado. Voy a aceptar que soy sólo una madre de carne y hueso, que le gustaría ser más hueso y menos carne de cañón. Sólo el amor, como dice Elsa en Frozen (nuevo hito familiar) puede salvarnos de nosotras mismas y nuestros hiper mega nazis estándares de perfección. So don’t be the perfect mother, no se puede, instead be absurda my friend.
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Virginia Mosquera
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Enhorabuena por esa calma chicha y felicidad que sientes, me alegro que ya hayas dado portazo a lo que vivisteis. Yo tampoco llego a nada y si quisiera me amargaría pensando en las cosas que hago mal o dejo aedias porque simplemente no tengo tiempo (o tengo que dar prioridad a otra cosa) pero me quedo con las cosas buenas, los besos de novio con tu pareja, las risas del hijo y desterrar al trastero la ropa de invierno hasta septiembre. ¡Un beso, mamífera!
Sí sobre todo lo de la ropa de invierno… Por diosss un rayo de sol para nuestros cuerpos serranos ya! Y viva la temporada playera, gracias linda mami x tus palabras. Abrazo mamífero
Es lo mejor que puedes hacer. Vivir en calma, sobre todo contigo misma. No llegamos a todo, es imposible, es una cuestión de priorizar y de no dejarnos la salud, ya basta de remordimientos, lo hacemos lo mejor que podemos. No se puede ser perfectas.
Total, lo perfecto esclaviza y nos hace sufrir porque es inalcanzable, queremos darle lo mejpr a nuestros hijos pero la perfección y el amor son cosas muy distintas, gracias linda x tus palabras
Felicidades querida!! y te felicito porque te has dado cuenta antes que yo!! A mi me costó 4 años darme cuenta que la vida pasa ante mis ojos y que nada importa mas que ella. Escucha la canción ERES de Antonio Orozco, su sentimiento es pura verdad y tiene que ver mucho con lo que acabas de descubrir sin darte cuenta, que la razón de tus mañanas duerme en el cuarto de al lado.
felicidades a ti, guapa, ahora mismo voy a escucharla, besote y abrazo mamífero
jajajajajjajaja Sublime! Teniendo tu blog no me hace falta escribir un diario!!! lo clavas al milímetro!
oooooh! gran honor linda, así que compartimos penurias y alegrías, ¿eh? , sospechaba que esto no me podía ocurrir sólo a mí. Abrazo mamífero súper mami!
Jajaja, buenisima recomendación final!!!!
Total! Jajaja gracias por leernos linda mami