Cuando consigues recuperar tu cuerpo, cuando consigues encaminar tu carrera, cuando tu matrimonio parece que recupera su forma original, cuando reconquistas tu tiempo (más o menos) personal y haces desaparecer las ojeras (nunca del todo), llega el Todo o nada. Coges todas las fichas que has ganado hasta ahora y te la juegas a la casilla DOS. Así, sin pensar demasiado, casi a cámara lenta, tus manos recorren todo el tapiz de apuestas hasta la casilla DOS. Colocas todas tus fichas formando una pequeña torrecita y miras a tu Santo que asiente con la cabeza, como diciendo, hasta el infinito y más allá. Coges aire de nuevo y guiñando un ojo al croupier te escuchas decir: – Anda encanto, haz girar esa ruleta. El aire abandona tu cuerpo, tu ojos se pierden en ese infinito que promete la mirada de tu santo, y el salón de apuestas se llena de promesas. –Vamos a ser cuatro, le dices al chino millonario de al lado, como si pudiera entenderte, –voy a tener otro, hijo, otro hijo. La ruleta gira y gira recorriendo todos los posibles riesgos médicos, laborales, matrimoniales, personales, corporales, económicos y vitales… todos los presentes te miran como advirtiéndote de todo lo que estás a punto de perder… para ganar qué… ¿el infinito y más allá?. Puedes escuchar al mundo murmurar sus ironías. Sin pensar demasiado tus manos recorren la superficie de tu vientre, la pelota sigue girando y girando, el tiempo se estira y para entonces ya estás de siete meses y medio, quizá ocho, (los segundos hijos son así). Tu bebé se mueve como un Ulises camino de Ítaca luchando contra los elementos, tiroides, gripes, pérdidas, amenazas de parto, lágrimas infinitas… Cada vez que cierras los ojos ves una luz amarilla resplandeciente, es tu niño atravesando el Egeo camino de tus brazos. Es una energía que no habías sentido antes. Es el infinito y más allá girando y girando, la apuesta más grande de tu vida, el todo por el todo. Casi puedes sentirlo, ese amor tan grande que no se agarra con los dedos, una patada más de tu pequeño guerrero y la pelota deja girar muy despacio, estás a punto de ganar ¿TODO?… descruzas los dedos, miras a tu hija y a tu marido, -Vamos, les dices, –todos de la mano, hasta el infinito y más allá…
-
- 420.708 hits
Virginia Mosquera
- Follow on WordPress.com
¡ALERTA MAMÁS!
TEMITAS MAMIFEROS
LOS POST PREFERIDOS POR LOS FANS
SIGUEME EN FACEBOOK
MOTHERLAND EN RADIO 3, LA PRIMERA NOVELA QUE SE ESCUCHA
ESCUCHA LA PLAYLIST
ENTREVISTA VIRGINIA MOSQUERA EN LA COPE
Buscando un post desesperadamente
Sígueme en Twitter
Mis tuitsMOTHERLAND EN RADIO3. PINCHA AQUÍ PARA ESCUCHAR
CONSIGUE MOTHERLAND ¡YA!
Lo primero es lo primero! Felicidades!!!! Ya viene el segundo y un mundo nuevo se abre para tu familia 🙂 Yo ni me lo pense ni me di tiempo a recuperar mi tiempo…por si acaso. Y contenta estoy con la decision! Besos!
gracias linda, allá vamos!!! besos mamíferos
Valiente!!
Que arte tienes!
ole, linda, lo mismo digo
Yo no m atrevo,reconozco q perdí la batalla.
Felicidades por ser tan valiente!!!
cuando se trata de amor no hay ganadores o perdedores, linda, cada uno tiene sus límites y motivaciones y posibilidades, todas buenas, todas ganadoras
Gracias querida
¡Que te vaya bonito en tu nueva experiencia de vida! Que los dioses te sean propicios.
Pingback: Confesiones de una Treintona
Que suerte!!!!! A mi no me ha dado tiempo, así que seremos tres… y muy felices también.
Dios mío! Me había pasado por alto esta entrada! Me has puesto todos los pelos de punta! Menudos dedos de terciopelo que tienes…Felicidades por esa decisión. Sabes qué? Yo estoy ahí metida, pensando un si entrar o no en el casino… Pero a por el tercero. Te aseguro que tus palabras no han podido ser más bienvenidas… Me vienen de perlas para ayudarme a saltar a la piscina… Felicidades por esta familia hermosa que estáis formando
Gracias linda, felicidades a ti x ser tan valiente
Qué emocionante mensaje!!! Me ha encantado lo valiente que has sido, y esa mirada de tu Santo que te dice, dándote la mano, “Vamos”.
Una familia preciosa, seguro.
Reblogueó esto en y comentado:
Precioso