Ya van llegando las primeras devoluciones como pájaros de vuelta a casa. Son palabras agradables que se posan en mi ventana y que abrazo como se abraza un cuerpo nuevo. De momento son bonitas, palabras lindas que me agradecen haber escrito un libro espejo donde cualquiera puede encontrarse. Tan mío que puede ser de cualquiera. Cuando escribes inicias un dialogo que sólo tiene sentido cuando alguien abre tu libro y se encuentra en una frase que tú escribiste buscandote a ti. Ahora soy feliz con mi alfeizar lleno de agradecimiento. Palabras migratorias que vuelven a casa, fotos de tu libro en un bolso, una estantería o un maletero, que viajan con las vida de otros y que llegan más lejos, porque ellos, los que te han leído, te leen o te leerán, las hacen suyas, y eso es lo bonito, verte reflejada en vuestras palabras pájaro, señorias.
Mi ventana ya nunca más volverá a cerrarse, sois muy generosos señorias, y eso hace que todo el sudor y las lágrimas que deja un manuscrito en la mesa de tu escritoras, merezca la pena, feliz verano.
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